jueves, 10 de mayo de 2018

NO PONGAS LA INTENCIÓN EN LO LIMITADO

   Todo se decide desde lo profundo de la consciencia y no desde el superficial revestimiento justificativo de los pensamientos. Ahonda en el meollo de tu alma, en el núcleo mismo de donde parecen surgir todas tus particulares tendencias. Profundiza con conciencia... medita. La intención es el motor que empuja a realizar un acto; luego el resultado del mismo no tiene tanto que ver con la ejecución observable (muchas veces revestida de aparente bondad o mesura) como con la intención impulsora que lo dispuso (desde el ego siempre condicionada y condicionante). Recuerda las palabras del Cristo en Jesús, reseñadas en Mateo, 15-11: "No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.", y, sin más dilación, pon toda tu intención en lo ilimitado, en expresar fraternal júbilo y confianza, en amar sin cálculos o estrategias... lo incondicional, desde lo interior, saldrá inevitable a tu encuentro para bendecirte con la certeza de la infinitud del ser. Entonces, milagrosa y despreocupadamente, la acción vendrá por sí sola, revestida con la generosa dación de la fe, y en congruente alegría con un presente liberado de juicios personales... sin duda, lo bienaventurado y santo -Dios Mismo- te plenifica, en Su perfecta viviente ilimitud, mediante la dulce y sagrada música del alma, siempre y cuando decidas no escuchar el estridente ruido del miedo en tu mente.


Nunca pongas la intención en lo limitado
o te limitarás limitando
sintiéndote morir de inmediato.
No te rompas en mil pedazos por un trozo de yoidad.
No te pierdas en un laberinto inverosímil por una búsqueda inútil de lo especial.
No te niegues la dicha plena por la afirmación de lo separado como posible.
No te hagas el sordo a la bendición universal parloteando preocupaciones
en el mutismo de lo iracundo escondido tras un embalaje circunspecto
presto a asomarse en cuanto se lo rasca un poco en su escondite.
Agradece que salga a la luz la tendenciosidad de lo encubierto
para que cualquier respuesta condicionada quede desactivada
de su implacable y furibunda inercia.
¡No temas!
Nada puede ir mal en la confianza inmediata,
merced a la incondicional pureza de la libertad esencial del espíritu.
¡Espabila!
Lejano se presenta lo cercano en una distorsión,
a la vez que -en la misma- lo desagradable tiende a juzgarse como grato.
¡Despierta!
La demencia creyéndose cuerda tiene cuerda para rato
en la troceada perspectiva de lo temporario.
¡Medita!
Prisiones tomadas por refugios son los recuerdos
apilados en la memoria de la nostalgia que una vez fue aparente futuro...
nada más y nada menos,
simples retazos inconexos imaginando una historia.
El porvenir ya es pasado... no lo soslayes más y acéptalo
para comprender, de una vez por todas,
que nunca podrá entenderse lo inentendible.
¡Ilumina!
Se encierra la mente en la carne
por desvarío identitario de penumbrosa cavernosidad
en la que se proyectan sombras temibles
fruto de la ignorante arrogancia escondida
tras formidables parapetos conceptuales
que finalmente le aplastan el ánimo a uno frente a otro.
No caigas en indolentes justificaciones
y alumbra la gruta de tu temor con la esplendorosa luz de Lo Inefable.


¡Conoce!
Amar atraviesa los muros que se interponen entre tú y tu prójimo...
entre la idea de ti y la vida...
entre lo que se anhela, se rechaza o se ignora... y la unicidad redentora,
con la irrefrenable vehemencia de lo indiviso.
No te apegues al apego.
No caigas a la sima de la ciega y codiciosa vanidad por un puñado de éxito...
todo lo contemplado por los ojos del cuerpo pasa.
No te duelas del duelo por lo pasajero,
'dejad que los muertos entierren a sus muertos'...
Y... sigue la senda de lo eterno.
Llorar lloros tan sólo trae devastadoras riadas de angustia.
¡Resucita!
Destapa el ataúd de lo perceptivo... Y...
el espíritu escapará raudo de la inclemente caducidad de lo mundano.
La muerte no es posible excepto en ilusiones
pues morir nunca puede ser la intención de la vida
que una y otra vez contra viento y marea rebrota.
Florece, ahora, aquí, siempre, en la fragancia de lo eterno.
permitiendo que, desde la acompasada ternura de un corazón
verdaderamente enamorado,
suene gloriosa la música infinita de tu alma libre e inmarchitable...
sin ningún temor a rechazos, ataques o desdenes.
¡Comunión!
Comparte con tu prójimo la alegría de lo bienaventurado,
la sutileza del Espíritu y la fortaleza de lo santo.
Que tu intención sea compartir fraternalmente lo puro e ilimitado
y el Amor te colmará eternamente
en la plenitud de ser uno con Dios y con tu prójimo...
sencilla e inefable Divina Unicidad.

KHAAM-EL



Que tu intención sea siempre Amar de verdad... 
Y... en la dicha,
fluye con el soplo del Espíritu que acaricia y reconforta tu fatiga, 
tal como el viento mueve las nubes hasta disiparlas por completo en él.
Todo es, en definitiva, Lo Mismo...
un ilimitado espacio incondicional; consciente y lleno, 
por siempre, del Amor perfecto de la Divina Unicidad.






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