viernes, 4 de mayo de 2018

... INFINITO...

   Como el azul del cielo reflejado en las incontables gotas de agua del océano o el reflejo de la luz del sol al amanecer en las gútulas de rocío, así es el inconmensurable resplandor del Espíritu espejado en cada uno de nosotros. No hay separación posible realmente entre los diversos aspectos de lo finito, porque ante el infinito cualquier cantidad, por grande que parezca, es nula; y todo tiempo, nada más que evanescente sueño. Tan sólo mirando hacia lo íntimo y sustancial, hacia lo puro y sutil, hacia lo indescripitible e inmediato, puede atisbarse la gozosa plenitud de lo ilimitado... la excelsa bienaventuranza de la Divina Unicidad.

   Todo habla de Amor cuando no se escucha la voz del disperso y externalizante ego. ¡Despierta! Es adentro y no afuera, donde ha de buscarse lo definitivo... lo infinito y en perfecta comunión. Lo externo es una metáfora que, con poética precisión, muestra cada recoveco de nuestro pensamiento por escondido que se imagine. Todo retorna, inexorable e inevitablemente, a su origen desde el intemporal viaje de la Consciencia Inmaculada, por el que uno renace a lo indivisible para no segmentarse más... todos somos uno en el Amor eternamente; cualquier otra creencia es ignorar lo esencial. Ahonda. Medita. Conocer es ser indiviso de lo conocido; y los sueños -en su desconocimiento fundamental- no son nunca realidad, pues nada ofrecen, ciertamente, valioso y perenne.

   Sé humilde y no te enfurruñes por logros caducos que pelean con el prójimo por personal razón. Sé consciente de lo intemporal, del Espíritu, y desentiéndete del apego a las cosas del tiempo, finalmente todas -sin duda- quedan atrás... convirtiéndose en polvo y olvido.  Atiende a la vida con el corazón abierto, con la mente en paz, al ritmo del liberador cántico de lo sublime. No tengas miedo y desvela... La luz del alma no sabe de las oscuridades del ego... Ve hacia lo inefable, aquí, ahora, siempre... hondo muy hondo, todo en su esencia es fragancia eterna, poesía y bendición universal...
  
Innumerables versos se recitan en el aire;

No se ven, pero vibrantes brillan como veraces

Frases de la esencial y firme voz del canto libre,

Iluminando el sombrío mundo de los humanos.

Nunca se componen en vano, e invitan a la entrega

Inquebrantable de nuestro afán siempre hacia lo real.

Todos versan sobre unión, plenitud, amor y dicha...

origen, esencia y culmen de nuestra alma inocente.

KHAAM-EL



Todo fluye en su esencia hacia lo infinito.
Todo es armonía interior desvaneciendo el aparente caos externo
con la pureza de la Divina Unicidad.




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