lunes, 21 de mayo de 2018

ILIMITADO INTERIOR

   Mirar afuera es fabricar lejanías y olvidar lo cercano e inmediato. El horizonte es distinto para cada observador porque depende de su propia ubicación formal/temporal y de su exclusiva perspectiva de particular memoria. En última instancia, es indiferente que sea un horizonte visual, de expectativas, emotivo o intelectual; el horizonte es un futuro perceptivo que se alonga según se avanza hacia él desde otro pasado perceptivo (que fue a su vez futuro) mediante un esquivo presente hipotecado al tiempo que terminará por convertir finalmente todo supuesto futuro en pasado. No vivas pendiente de los horizontes o, por no verlo, te tropezarás con lo inmediato, suponiéndolo un estorbo a tus sueños cuando es tu mejor oportunidad para despertar de ellos. La luz se ve aquí y ahora, provenga de donde provenga. Vivir de deseos es morir de frustración, porque la existencia que imaginas es inexistencia presente. Aquí es lo que hay; gestiónalo en paz, haciendo lo que debes para que la paz de espíritu permanezca contigo como un regalo a compartir con el prójimo... experimentarás como la luz brilla en tu interior... en su interior... en el interior de todos... en el interior de todo... afuera es ilusorio... no hay límites para la eterna Luz del Amor.

   Querer asir un límite es limitarse al significar lo sin significado como importante. No quieras demostrar lo que supones conocer o serás una suposición de ti mismo. Creer ser quien no se es, en verdad, conlleva ignorancia de juicio, quebradero de cabeza éste, que atesora recuerdos malinterpretados tomados por certidumbres. Medita. El pasado es una barrera imaginaria de remembranzas descifradas parcialmente que, con ímpetu desbordado, se proyectan en un devenir: por eso, olvídate de todos los horizontes que percibes en tu historia personal y mantente en el recuerdo del ahora, para que las memorias que atesoras sean una herramienta que te ayuda a relativizar -mientras las sueltas- tu perspectiva particular, y no sean más un pesado fardo de resentimiento e infelicidad. Perdona. Aligera tu carga. No te limites con externos sueños que se escapan como densos nubarrones que lloran su volatilidad. Vive ahora sin horizontes, confiado, valiente, esperanzado en que el ahora es la puerta a la eternidad.

   Es lo que es... ahonda en ello, no lo pases de soslayo como antaño. Reflexiona. Lo íntimo es inexplorado por distracción hacia lo externo. Olvidar el desde donde sume a la consciencia en un ensueño absurdo. Que tu propósito sea la Verdad ante todo y, el desde donde, será uno con Ella. Tú ya eres, no quieras llegar a ser o penarás. Deslumbrarse con lo exterior ciega, contemplar desde lo esencial e íntimo es pura visión sin sombras. No te rezongues con justificaciones y avanza en lo consciente. Sé acción y no sólo conceptos e ilusiones. Vive con alma y corazón enamorados del Amor Mismo. No busques provecho personal. Comparte desde lo profundo e intemporal. En lo interior no hay limites. Eres en la Verdad, y la Verdad es Divina Unicidad, y Divina Unicidad es Amor, y el Amor es Eterno, y lo Eterno es Vida, y la Vida es Plenitud, y la Plenitud es tu Naturaleza Esencial con todo y con todos en el Espíritu; jamás eres, ni somos realmente, en el doloroso e impermanente límite fabricador de horizontes, nunca en lo personal y corpóreo. El tiempo y las formas son límites que no te rozan siquiera en la ilimitada espaciosidad interior. Medita... Ahonda... Despierta. 

KHAAM-EL 



Mirar sin cuestionar quien es el que mira es ilusión...
No te concentres en lo externo
o soñaras sufrimientos que tomas por reales.
toda percepción exterior
es limitada y pasajera.
Ahonda...
Concéntrate en lo ilimitado 
y ya no te concentrarás en lo ilusorio.
Mirar lo que mira es meditación...
liberación...
despertar...
no está fuera de ti... 
fluye en ello 
y sé pleno aquí, ahora.




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