domingo, 18 de marzo de 2018

VIVE SIN MIEDO Y PERDONA

   El mundo, en su delirio de egoísta urdimbre, da durísimos y encarnizados golpes por la ignorancia arrogante de la locura, que cree saber lo que le conviene manteniendo separaciones de forma personal, justificándose a sí misma como razonable, cuando no hay razón alguna para la vileza de la sinrazón y la violencia. Más, devolver golpe por golpe, despecho por despecho, indiferencia por indiferencia..., no hace sino aumentar el sufrimiento y la locura. Quien sufre y se defiende atacando no tiene idea de lo que en verdad hace. Abraza al mundo incluso en su crudeza. Rendir las propias razones y confiar en el Amor de Dios nos abre las puertas de la misericordia y el perdón; puertas, éstas, que nos devuelven al Cielo, al dejar de confundir los muros de la imbecilidad y el resentimiento como salidas a la propia angustia, nacida del rencoroso y escurridizo miedo.

   Decide, libremente, en favor de Dios. No te demores o quedarás atrapado en la desdicha. ¡Confía! Vive sin miedo y perdona. Ante el horror y la demencia más atroz ofrece compasión. Mira más allá de las epidérmicas situaciones, Contempla en lo más hondo de lo viviente la luz del alma, que la humana imbecilidad no ha podido opacar por entero, aunque a bote pronto lo parezca, y responde a la cólera y el sinsentido con la poderosa claridad del Amor. Persevera en la fe viva y comprende que no hay actitud más imbécil e inútil que aquella que, en su dolor y desesperación, cree que lo único que necesita es echarle la culpa a otro. No te pelees contra la ignorancia supina del engreído rencor. Cuando un ánimo lleno de ansiedad y temor no quiere curarse, buscando tan sólo evadirse con distracciones paliativas de personal exigencia, merece compasión, porque no sabe lo que hace y se hace. Confía en la paz de espíritu y aparta la ira de tu corazón mediante el silencio de la mente. Respira, calma el juicio, aquiétate, y sabe que YO SOY es Dios. No entres en el infernal bucle de la ley del Talión que hace estragos en el mundo, y sal con tu prójimo del infierno mediante la eterna Ley del Amor... que responde a la división y la muerte con la indivisa e infinita unicidad de la plenitud del espíritu viviente en YO SOY Dios, en ti, en todos, en todo.

   Cántale a la libertad del Hijo de Dios. El Amor de Dios es una maravillosa sorpresa que redime por completo del sufrimiento, y nos sostiene con la sólida firmeza de una montaña. Canta Aleluyas al reconocimiento de que la vida es del Espíritu, no del cuerpo frágil y pasajero. Recuerda que eres pureza de alma, un ángel de Dios y no ese cuerpo transitorio que se pierde tras efímeras ilusiones. ¡Despierta! Canta bendiciones en medio de maldiciones, trae luz a las oscuridades y deshacimiento a las ensoñaciones. Canta la canción del perdón y la cordura, aun rodeado de hostilidad y demencia, resplandecerá de nuevo en tu alma. Canta, canta, henchido de fe y actúa según ella te muestre, porque la fe es luz en las tinieblas y fuente de alegría en la tribulación... todo va bien cuando uno se encamina hacia Dios. No te distraigas con pasajeras mundanidades y sé un instrumento de Amor. Eres útil cuando no entras en la acción inútil de la respuesta personal e iracunda. En la adversidad se templa la fe para despertar del sueño de la muerte. Permite que Dios aumente tu fe, pidiéndola de corazón; sobre todo, y ante todo, cuando el horror cruel y la mentira insidiosa se desaten en el mundo. Crece, pues, en Dios, siente la Divina Unicidad y mengua en el ego... Dios Es y el ego jamás. Tu vida es valiosa cuando vives sin miedo y perdonas... dale, entonces, al mundo lo valioso y Vive en Dios, puro YO SOY, para el bien de todos en el que estás incluido.

KHAAM-EL




¡Canta Aleluyas! 
El Amor de Dios es salvación de todo error y horror.
¡Ten fe! ¡El mundo precisa de tu perdón!
¡Tú prójimo pide Amor! ¡
Dáselo para que él también lo dé!





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