martes, 13 de marzo de 2018

CUANDO DE VERAS HAY CLARIDAD...


   Cuando de veras hay claridad no hay cabida para la oscuridad, ni resquicio alguno para alimentar temores e incertidumbres de odiosa y particular confrontación; nada hay realmente personal, sólo situaciones que hay que vivir sin apego ni rechazo, con ecuanimidad y compasión. Entonces todo el parloteo mental cesa y el alma queda en paz, encuentra dicha y plenitud... nada que alcanzar, todo que compartir.

   Si no hay deseo personal no puede haber miedo a no conseguir lo anhelado. Y donde no hay miedo no hay ataque, pudiéndose ver así con absoluta claridad a todas las partes de una relación como una unidad. Porque es el deseo personal una defensa inútil que no ceja de arremeter contra el Amor. No es más que una fragmentada distorsión de la realidad arrogándose la razón. Anteponer el foco de la atención sobre un aspecto en detrimento de otro es una distracción de lo esencial que tiene resultados terribles para la paz de mental, ya que, al destacar unas partes y ocultar otras, comete un despropósito tremendo que ciega el conocimiento de ser mostrando mezquinamente la división como algo benéfico. Medita. No hay un sólo cacho que pueda atesorar todos los cachos. Perseguir lo imposible únicamente obtiene fracaso tras fracaso mientras se sigue soñando con un culminación que nunca se logra totalmente.

   Despierta. Cuando de veras hay claridad se busca la comunión para hallar la Verdad, y no la adquisición de cantidades (datos, teorías, seguidores de una determinada creencia afín, cosas, riquezas, influencia...) que refuercen la creencia en lo cismático como solución a un error. Aquí, sólo aquí, todo aquí... en lo sin opuesto, puede hallar descanso el alma fatigada y sufriente. Mirar más allá de las ilusiones no significándolas ilumina el alma con la luz plena del espíritu... no es la carne ni el ego donde se ha de fijar el empeño sino en lo eterno y sutil, en lo inefable, puro e inmaterial, en lo incalificable e incomparable por su naturaleza sagrada. Aquí, sí, aquí, siempre aquí... en la indivisibilidad de toda esencia, lo intemporal se hace evidente.

   Cuando de veras hay claridad no se confunden los medios con el fin, y todo aquello que parecían pequeños fines en sí mismos, contradictorios muchos de ellos entre sí, dejan de distraer para centrar la atención en la universalidad de la experiencia viva de un presente autoluminoso y libre de cualquier condicionante particular; porque se ha de comprender, cuanto antes mejor, que lo limitado se justifica y resguarda limitando en lo finito ad infinitum. Más, y he ahí lo absurdo e inútil de este sistema de pensamiento (el del ego), lo limitado odia su propia limitación, e intenta librarse del miedo que siente desde ese mismo miedo que acata, agrandándolo más y más según pelea contra esos supuestos límites que no cesa de esbozar y que ensombrecen la consciencia. En definitiva, el deseo y el miedo son dos caras de una misma moneda,  generadora de odio y culpa, que parecen distintos vistos desde diferentes perspectivas pero que son inseparables en su manifestación efectiva.

   Cuando de veras hay claridad se sabe que el Amor es infinito y que, a su vez, es lo único que disuelve definitivamente cualquier error perceptivo surgido del deseo/temor/odio finito... y se reconoce, sin paliativo alguno, que es la Verdad y la Vida lo que despierta de las ilusión de la muerte... y se agradece, con alegría inmensa, que es Dios quien hizo que el ego (lo divisor) no fuera jamás posible. Eres... Soy... Todos Somos, en la Divinas Unicidad, de Su Misma Naturaleza. Por lo tanto, lo que no es Perfecta Unicidad es apariencia e irrealidad, efímera ilusión de pretenciosa algoridad. Fija la atención en la atención, la consciencia en ser consciente de ser consciencia, y la distracción de lo mundano comenzará a debilitarse hasta que lo obvio, lo que por siempre Es, resplandezca de nuevo en Plenitud. 

KHAAM-EL



Aquiétate en tu agitación, 
acepta aquí y ahora lo que sucede... 
Mira más allá de lo mirable 
y verás como nunca antes...
una inesperada plenitud 
mostrará con claridad, en lo profundo, 
lo infinito.

Amor Infinito... Verdadera Vida.





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