viernes, 1 de diciembre de 2017

SALTE DEL CÍCLICO CICLO DE LO CÍCLICO - (Reedición)


El tiempo nunca está realmente presente en el instante presente
al derivar cualquier sueño a otros sueños de difusa urdimbre
con los que se escapa de lo inmediato con descortés actitud evasiva,
imponiendo su arrollador paso imperativo a la carne débil
mientras quiebra el ánimo con su volubilidad e incertidumbre
bajo engañosos y atractivos disfraces que esconden nadas.

Es el tiempo una entelequia camuflada de realidad,
una inmisericorde mazo de disolvencia que aplasta,
una frágil mano fantaseando atrapar la volatilidad de las horas...
y ese voraz fuego sin llama que al alma engañosamente abrasa,
reconcome y desconcierta, envolviéndola tras una densa humareda
en la inestable levedad del batir de los vientos.

Es el tiempo una fugaz apariencia,
una ostentosa fuente sin una gota de agua...
un triste verso suelto buscando inútilmente un poema a su medida,
y esa paradójica tierra que siempre se vuelve yerma
tras la heterogeneidad de sus rutinarios decorados
que inexorables se derrumban a golpe de reloj.

Es el tiempo una huidiza ilusión,
un concierto falto de bella música pidiendo aplausos y vítores,
una fría cárcel ornamentada con dibujos de abierto cielo
que implacable, tras sus barrotes, a todos sentencia a muerte
con ese incesante parloteo febril que nada dice con sentido
aunque aparente pomposamente tenerlo.

Recuerda... Recuerda...
el ahora, aquí, envolviéndote con trasparente y amoroso abrazo,
disolviendo con un liberador presente, siempre presente en el presente,
el pendular hechizo que marca el compás del reloj.
Recuerda tu recuerdo, ahora... y olvida tu olvido... sí, aquí
en el derrumbe completo de lo que se derrumba.

Salte del cíclico ciclo de lo cíclico...
salta al instante en el instante y sumérgete en su llenura vacía de apariencias,
todo consciencia y esencia -sin disfraz alguno que valga-.
¡Afuera con la máscara de múltiples rostros que engañaba a lo eterno!
No sigas por el enrevesado laberinto de lo impermanente
buscando permanencia donde se la niega.

Recuerda... Recuerda...
Recuerda ese ahora que retira, aquí, todo obstáculo
con su limpia mirada de presencia infinita, sosteniéndote en el útero del tiempo.
Aquí y ahora estate presente... siempre presente...
intemporal e incorpóreo... en el anchuroso centro, sin periferias,
del alma feliz por saberse llena en el Corazón de Dios.

KHAAM-EL




Ahora, aquí, naces siempre en el tiempo.
Retorna a antes de todo antes con consciencia presente 
y no habrá ningún después que pueda inquietarte.

Adéntrate muy dentro de dentro para salirte de lo doloroso y repetitivo del tiempo...

... Jubilosa e intemporal, la infinitud 
serenamente esperándote.

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