martes, 4 de julio de 2017

LA HERMOSURA BRILLA EN EL ALMA *

   Mira con atención... la hermosura del mundo siempre será una pálida y triste imagen de la Hermosura del alma y de su esplendente e inmaculada luz infinita. No busques jamás en lo perecedero verdadera belleza, pues lo único que finalmente encontrarás es fragilidad, deterioro y pérdida. Todo ciclo irremediablemente acaba para volver a comenzar. Comprende que todo proceso tiene sus momentos y todo camino sus etapas, pero lo esencial simplemente es caminar presente, consciente, en paz. Ve al templo del corazón. No te distraigas con lo evanescente. Llegar al final es vivir totalmente -aquí en tu alma- en la plenitud de lo intemporal, en el siempre poderoso ahora... Ir hacia, nunca es estar. Y, no estar, es soñar ser quien no sé es. Suelta lo grotesco, deja de tomarlo por hermoso; el cuerpo no es nuestro ser ni nuestro hogar... es en el alma pura donde brilla la hermosura de lo indivisible e incondicional, del Amor y la Vida, de la esencia bendita de Ser. No busques entender lo transitorio y circunstancial o ignorarás lo evidente. Pretender saber qué de ninguna manera es saber, por su divisor postulado. No te distraigas con las justificaciones de tu proceso o te olvidarás de lo crucial en la senda de las formas y sus tiempos: caminar hasta el final. Y el final de todo proceso, el encuentro con lo definitivo (el fin del tiempo/espacio), sucede inevitablemente en el presente. Ni antes ni después. Ni cerca ni lejos. De inmediato.

   Sé consciente de ser Consciente. Confía. Todo se despliega amorosamente si estás presente de verdad. No hay consciencia sólida en los procesos. Sencillamente has de ser consciente de ellos y emanciparte de su reiterativa y adictiva complacencia. Observa todo el cambio desde lo inmutable. No quieras estabilizar lo inestable y serás lo estable. Profundiza en el hermoso brillo del alma. Vive con el corazón enamorado de Amar y desaparecerán las oscuridades del ego. Sólo hay Consciencia en el instante presente, ahí donde el camino ya es llegada. Aquí y ahora... ¡y punto! 

  Lo aparente se desmorona en su propia insubstancialidad. No hay perceptiva naturaleza que no esté sujeta a las paradójicas repeticiones periódicas de sus particularidades. Lo que Es en Sí Mismo Pleno se halla más allá de todo ciclo, más allá de toda apariencia y de su subsiguiente disolvencia, más allá de todo proceso distractivo del verdadero camino, más allá de la fragilidad de las cosas del tiempo. No te compliques con ilusiones; tan sólo has de llegar adonde siempre te encuentras, adonde la luz del alma brilla incesante. No te agarres a nada, ni siquiera a soltar... Suelta ese querer soltar tu no saber, exactamente, qué; y suelta, sencillamente, tus ansias de soltar. No te cuentes cuentos que luego cuentas para imaginar que no son cuentos... el autoengaño no funciona ni funcionará por mucho que se repita en el tiempo. Sólo lo eterno es firme y seguro. 

   Abre la mirada interior. Deja de utilizar el mundo como tu excusa y su belleza efímera como tu ideal a conseguir. No te distraigas con pamplinas y lloriqueos de procesamientos varios. Quédate valerosamente en ti mismo y encara impasible tus variopintos escapes. Reposa y medita... observa la pantalla en la que proyectas tus elusivos fantasmas y tus memas fantasías de enormes castillos hechos de volátil arena. Camina en el reposo. Abandona todo temor y contempla tu mente agitada, en paz. Contempla amorosamente tu falta de amor. Observa ecuánime tu parcialidad. No hagas nada y no te creas tu hacer. Escudriña tu escudriñar y descansa incluso en tu no parar. Mira tu mirar hasta que sólo seas visión. Abraza lo insospechado en ti, y contempla como desapareces de tu soñar, en ese descomunal abrazo, para ser quien ya eres y habías olvidado en tu imaginada parcialidad. No tomes por bello lo que no es Bello y comprenderás que lo Bello es lo eterno... el espíritu y no la carne... Nirvana y no el sueño de samsara... el Cielo, nunca el mundo... sólo 'No dos', Es. La Hermosura brilla en el alma en expansiva unicidad creativa, sin fisuras ni deterioros. Cualquier cantidad que añadas será restar imaginariamente la plenitud... Ser es Belleza y no el vano ideal de querer llegar a serla. Aquí y ahora, ya eres la Belleza de Ser y Su esplendente e inmaculada luz infinita. Aquí y ahora, eres Hijo de Dios en indisoluble comunión con Su Ser y toda la creación... Camina en el interior y la infinitud del Ser te encontrará en Su/tu Plenitud definitiva... el tiempo y sus formas son como imágenes de un sueño nada más. Abre la mirada de tu alma a la hermosa luz de la Divina Unicidad y te verás/sabrás inseparable de Ella... un éxtasis de bienaventuranza infinita.

KHAAM-EL




La hermosa luz del alma es nuestro inseparable Ser en la Divina Unicidad.

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