miércoles, 21 de junio de 2017

DE LO RELATIVO A LO ABSOLUTO, DE LAS DIMENSIONES A LO ADIMENSIONAL - AUDIO

   Adjunto tras este escrito el audio de una charla en la que incido acerca de la importancia de no significar los juicios y sus relativos postulados personales para poder ir más allá de sus limitadas dimensiones egoicas y alcanzar, de nuevo, la vivencia adimesional y, por tanto plena y absoluta, del Espíritu.
   Toda personalidad es relativa frente a otras, y todas esas personalidades relativas anhelan estar plenamente en paz y ser completamente felices. En esto último convergen todos los puntos de vista de la relatividad viviente. Luego, toda la relatividad viviente tiene un anhelo común, universal y absoluto de felicidad -la presienten hondamente-; pero todos, desde sus tendencias particulares, se equivocan en la manera de conseguirla, porque toman a sus yoes personales como absolutos. Y entonces esa felicidad no la encuentran, no la viven; sencillamente, porque la están buscando donde no está. Fabricando constreñidas dimensiones inferiores a la plenitud de la Consciencia mediante percepciones limitadas, surgidas de juicios personales tomados como si semejantes opiniones parciales fueran juicios absolutos. Por eso, cada parte desde su punto de vista particular quiere tener razón, al estar convencida de sus propias razones frente al resto. Y todos en tiempo y espacio, de forma personal e insensata, sostienen sus razones ante viento y marea, sin percatarse que esa manera de pensar los aísla en tiempos y espacios diferentes, tomando un ilusorio ensueño como la realidad.
   Por todo lo antedicho, hay que despertar de la tentación a seguir soñando la relatividad de lo personal como si fuera lo absoluto, para poder así vivenciar la Consciencia Pura que trasciende todas las dimensiones que puedan imaginarse y retornar a la plenitud del Ser, a esa inacabable dicha y perfecta paz que se presiente en lo más hondo e inexplicable, en lo más cierto e inmediato, en el espíritu que nada tiene que ver con la carne y sus límites. Ahí, reconocemos que toda genuina enseñanza del Despertar de la Consciencia es completa en sí misma; qué, por ejemplo, desde la 1ª a la última lección de 'Un Curso de Milagros' conforman una unicidad indisoluble, es un corpus esencial que lleva más allá de cualquier corporización particularmente divisora, subsanando el error en su raíz -en la mente misma que se piensa en el mundo por considerar al cuerpo como su identidad-, y liberándola de las funestas consecuencias de los juicios particularistas mediante el completo perdón de todas las ilusiones del ego, dejando de significar su particular mundo de intereses separados... Y, de repente, milagrosamente, la Luz de la Verdad nos devuelve a la experiencia viva de la plenitud del Ser, de la inefabilidad de la Divina Unicidad.

KHAAM-EL

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