miércoles, 5 de abril de 2017

MISERICORDIA

   Todas las posibilidades imaginables están cubiertas finalmente por la misericordia; ese pensamiento puro de perfecto perdón que restablece la Ley del Amor ahí donde parecía olvidada o denostada. Sí, la misericordia, ese ángel de Dios que nos acompaña en toda circunstancia, aletea grácil en nuestra mente pura para darle sentido a una existencia que creía haberlo perdido... tan sólo hay que confiar y dejar a un lado el deseo de pelear las cosas a nuestra manera; el resto viene por añadidura. El Amor no tiene preferidos y, por supuesto, tampoco despreciados. Mantente abierto a lo inimaginable y permite que el Amor, en su misericordia infinita, te lleve más allá de lo personal, más allá de todo límite o mezquino disimulo, trascendiendo por la gracia, en un instante santo, todas las relaciones especiales merced a un acto de entrega sinceramente desinteresada. 

   Sonríele a la vida. Espera sin desesperar la paz de espíritu en el presente y no en un incierto porvenir. Nada puede ir mal cuando no te atas a lo pasajero. Todo va rápido cuando no tienes prisa, si te agitas todo parece detenerse en una sombría prisión de angustia emocional. No huyas, por unos sueños en el tiempo, de un presente que te abre las puertas de lo eterno, de lo real y pleno. Comprende que cuando escapas vas a ninguna parte y sólo encuentras un frenético correr desesperado que te retiene en el sufrimiento que querrías dejar atrás. Mantente, pues, consciente amando de corazón aunque todo esté desmoronándose a tu alrededor. Sí, ama a pesar de que el mundo te rompa el corazón... no eres realmente el cuerpo. Eres libre y bendito; bendice, por tanto, y da libertad. Muéstrale al mundo que no es de la carne sino del espíritu... Interioriza en lo sustancial e intemporal... aún eres aquí y ahora -aunque en un principio no lo creas- tal como Dios te creó. Ahonda en la consciencia y encuentra en tu interior Su misericordia que te salva de cualquier condena que te estés autoinfligiendo. Sencillamente ama sin tomar partido por nadie en especial, sin hundirte en las tragedias ni engreírte en tus aparentes triunfos. Abraza junto al ángel de la misericordia -ese pensamiento puro de Dios que aletea en tu corazón enamorado- a la totalidad de la existencia, aceptando todas sus posibilidades como una única relación esencial y dale el perdón; un completo e ilimitado perdón, nacido desde lo más profundo y sagrado de tu ser, extendiéndose a todos los entresijos del mundo. No te creas tu dolor ni el dolor con el que el mundo te tienta a flaquear; ve más allá de sus razones irrazonables... Siente y vive en el Amor, sin importante los cuentos del ego... Ahí, entonces, eternamente de nuevo, Dios. Y toda la tragedia que parecía tan real se disuelve por entero ahora. Al fin, lo definitivo ilumina la oscuridad de lo parcial... Plenitud... Amor... Alegría Infinita.

KHAAM-EL



Todas las posibilidades, por la infinita misericordia del Amor de Dios,
convergen en la plenitud del retorno a Su Amor Infinito.

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