Adjunto tras este escrito el vídeo de una charla en la que profundizo en la plenitud de Dios, a la vez que hago hincapié en la insustancialidad del ego, y como esta actitud de desapego a lo personal facilita la experiencia viva de unicidad tras constatar que todos los intentos del ego por alcanzar sus objetivos no ofrecen más que miseria y dolor.
No hay fe más robusta que la de aquel que una vez habiendo perdido la fe por mil y una razones descubre que sus mil y una razones estaban todas equivocadas y vuelve a la fe; ahora con la claridad de un corazón sin miedo a romperse en mil pedazos por amar, latiendo henchido por la esperanza de consumación en la plenitud del amor infinito de ser en esencia indiviso con la Divina Unicidad.
El ego en realidad es nada y Dios es todo... ahí, lo real emerge de forma plena y consciente desvaneciendo lo irreal e ilusorio, para siempre y sin contemplaciones, en la nada que es. No temas, no hay obstáculos que 'Lo Que Es Todo' no aparte y deshaga si lo que es nada (lo personal y egoico) no interfiere con sus vanos deseos y pretensiones especiales que tan sólo pueden demorar el inevitable retorno a la Dicha.
Simple y sencillo: Todo el tiempo converge en la plenitud de Dios... pasado, presente y futuro se disuelven en el instante santo que ilumina la oscuridad del ego para que ésta no sea nunca más y lo intemporal alboree de nuevo en la consciencia que pareció estar un tiempo en el tiempo como dormida.
KHAAM-EL
Lo Pleno e Inefable (Dios) resuelve de inmediato la apariencia de lo separado,
pues en el Amor no hay cabida para el miedo.
pues en el Amor no hay cabida para el miedo.
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