domingo, 16 de abril de 2017

EL TRIUNFO DEL PERDÓN (Reedición)

   En la tradición cristiana hoy se celebra el domingo de resurrección; y aprovechando la misma, incido e insisto en la crucial idea de que lo único que triunfa finalmente para dar plenitud al ser humano es el perdón completo, profundo y sincero, como nos enseñó el Cristo en Jesús, y con el que retornamos a la vida eterna en el Espíritu. Por eso reedito el escrito que publiqué el domingo de resurrección del pasado año. Un abrazo...

   ... Aunque el rencor en su odio atroz tiente al perdón a caer en su maligno influjo de separativo empuje, siempre cae derrotado; porque, con humilde fortaleza, el perdón, se alza luminoso tras la noche oscura en una victoria eterna sobre el tiempo y sus circunstancias cambiantes. No hay afrenta que no desbarate con su constante paciencia de no entrar al trapo de las interesadas rencillas de hipócrita hechura que le buscan la vuelta, porque el perdón en toda circunstancia acaricia el alma de quien lo ofrece cuando lo hostil la oprime. Cualquier injuria o subrepticio desdén no son tenidos en cuenta más que como desesperadas peticiones de Amor. No busca pues, el perdón, otra cosa que el fin de las ilusiones mundanas tomadas por reales y, lo que busca aquello que no se opone a la verdad, inevitablemente triunfa.  

   No pelear con lo inútil lo inutiliza para siempre; por eso la cruz es la última jornada inútil que conduce a la gloria eterna del espíritu. El perdón triunfa ahí donde hasta el más poderoso del mundo cae humillado... el perdón triunfa inclusive ante la muerte, despertando al Hijo de Dios de su sueño de maldad; haciendo rodar la piedra del sepulcro (el cuerpo) que parecía tener encerrada al alma. Cristo te tiende amorosamente la mano para que lo sigas hasta Dios. Confía. Síguelo sin titubeos. Cristo Resucita en cada corazón humano que a Él se entregue con sincera disposición de servicio. No te acomodes en lo pasajero. ¡Espabila! Cristo mora en tu interior; míralo sin rubor, contempla la luz de su Amor que te invita a caminar con Él, dile ¡sí! Y todas las bendiciones te acompañarán en cualquier mundana tribulación que te hostigue, para que con seguridad llegues perfectamente salvo a destino: El Reino de los Cielos.

   Que sea hoy, pues, amigo/a, la Pascua de Resurrección en tu corazón y no una fecha más del calendario que recurrentemente vuelve para ser de nuevo, al poco, olvidada. No te despistes con los conceptos y no consideres más el féretro de la carne como tu hogar. Que sólo sea el Espíritu el motor de tu vida, hasta que las últimas identificaciones personales desaparezcan para no volver nunca más. Enseña y extiende junto con el Cristo en ti lo intemporal en el tiempo, la perfección entre lo imperfecto, completa confianza aun acuciado por sañudos desdenes, el Amor de Dios ante los odiosos embates del altanero miedo, la Verdad entre las mentiras, la inquebrantable honestidad frente a lo disperso e incongruente, el sosiego sobre el desenfrenado frenesí de lo volátil, la certeza rodeado de tibiezas y opiniones, la prudencia ante tentadoras sugerencias de éxitos y famas, la aceptación ante deseos o rechazos, la caridad y la generosidad frente a la codicia, el silencio ante personales desplantes, la alegría como bendito bálsamo para el llanto, la paz de espíritu en medio de discordias... y el perdón te hará triunfar sobre las ilusiones. La luz disipará toda tiniebla, ningún pecado cobrará significado y el camino de vuelta al Cielo se te mostrará despejado de todo temor y duda. El sufrimiento jamás podrá con la Dicha que la fe viva concede a aquel que comparte la salvación con su prójimo.

KHAAM-EL




Fija tu mirada en Cristo... Él  nos salva de la muerte venciéndola mediante la gracia del perdón.

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