martes, 4 de abril de 2017

AUTÉNTICA RELIGIOSIDAD - VÍDEO

   Adjunto bajo este escrito el vídeo de una charla en la que incido en lo básico que es concienciar lo esencial y verdaderamente puro, para discernir la auténtica religiosidad de sus sucedáneas; evitando, así, quedarse atrapado en ilusiones que nada ofrecen salvo perpetuar, en nombre de una supuesta liberación, la angustia y el desconcierto del ego que en un principio se ansiaba resolver.
   El mundo del ego lo fracciona todo en diferentes apartados y compartimentos estancos en los que vive divido, viviendo muchas vidas parciales que distraen de la verdadera y única vida, de la plena y eterna (la vida del espíritu). Por eso el comportamiento del ego es cambiante, desconfiado y rencoroso; mientras que el del ser esencial es congruente, amigable y constante. La auténtica religiosidad nada tiene que ver con seguir manuales, doctrinas y ritos sino con vivir en el espíritu de la letra, con realizar el sentido profundo de ser y no en escenificar meras apariencias; trascendiendo los símbolos por entero para reencontrar, en el meollo mismo de lo que apuntaban, la esencialidad pura y bendita, el Amor y la Verdad sin opuesto que libera de toda oscuridad y contradicción. 
   Ser genuinamente religioso, en definitiva, no es ninguna pose ni una rutina, es ser humilde, honesto y confiado, generoso, alegre y paciente, manso de corazón e inclusivo, agradecido y abierto de mente... Es recobrar, en lo hondo e íntimo, el significado de Amar; un sincero soltar lo personal (el ego) que nos libera de todo superfluo aditamento, mediante el que, henchidos de la pureza y la dicha infinita de lo esencial, vivenciar la plenitud de Ser. Porque conocer el Amor es volver a Dios, y, volver a Dios, es el propósito único y último de todo sentir auténticamente religioso.

KHAAM-EL



Encuentras a Dios en el interior; nunca en los sueños proyectados afuera.
Sencillo:
lo auténtico ya es; lo aparente quiere llegar a ser, y en ello se pierde...
tú ya eres en Dios... ahonda en consciencia, 
no divagues con deseos y temores personales.

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