Después de lo aquí escrito adjunto el audio de una charla en la que ahondo en la idea de nacer de nuevo en espíritu y en verdad como vital para no caer en la tentación de creer que nuestra auténtica naturaleza está realmente en un cuerpo limitado y que ha de declinar y morir.
El verdadero nacimiento es ser una extensión de Dios y nada que ver con el venir al mundo como un cuerpo. Por eso, sólo vuelve a la vida eterna quien nace de nuevo, o, lo que es lo mismo, quien aún estando aparentemente en un cuerpo vivencia claramente que es espíritu y no carne. Ahí, el tiempo se detiene y todo cobra un renovado sentido lleno de bienaventuranza; la eternidad se atisba en un instante henchido de santidad, lo infinito es de inmediato evidente y el discurrir de lo perceptivo se vuelve una oportunidad de deshacer la falsa identificación con lo temporal. Se está ahora en el tiempo sin ser del tiempo y las cosas del mundo ya no distraen de lo esencial y puro, de lo real e inefable, que se despliega en el presente mostrando el camino seguro a la plenitud del Ser.
Como antes de todo antes, como después de todo después, la dicha y la paz colman y nutren más que las cosas y alimentos de este mundo transitorio; la relación con la Divina Unicidad nos libera, por la gracia, de las dolorosas relaciones especiales que buscaban satisfacción en lo que se deteriora y derrumba... más, desde esta comunión con Dios, la comunicación con Su creación es instantánea, uniéndose uno a su prójimo en esencia y ya nunca en apariencia.
Nacer de nuevo al espíritu es volver a lo que no conoce la muerte sin necesidad alguna de morir, porque el apego al cuerpo, como identidad personal (ego), desaparece para siempre. Ahora, en el instante presente libre de historias exclusivas, todo se ve cohesionado e inclusivo allende las apariencias... bendición universal... liberación de los límites impuestos por los deseos y sus temores... conocimiento sustancial de ser lo que siempre Es: extensión perenne de Dios... felicidad inacabable... vida indestructible... iluminación... plenitud... Amor.
KHAAM-EL
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