viernes, 3 de febrero de 2017

BREVES REFLEXIONES A CONSIDERAR (y 3)

   Cuidarnos por nuestra cuenta y riesgo es una locura, porque querer mantener lo insostenible es absurdo. Dejar que Dios (la Divina Unicidad más allá de todo nombre y definición) nos cuide es recuperar la cordura, porque lo eterno salva del doloroso apego a los vanos goces de lo efímero.

   Cualquier interpretación personal de lo religioso, ya no es verdaderamente religiosa.

   Aquel que nada desea se ve libre de todo temor y vive presente. Siendo ecuánime consciencia intemporal dentro del desmedido fragor de lo temporal. Estando en el mundo sin ser del mundo.            Comprende: en su intemperancia el mundo te partirá el corazón, pero has de seguir enamorado... has de continuar ofreciendo tu mano a todo aquel que la requiera... has de sonreír a las lágrimas... has de retumbar ante los mutismos... has de reverdecer en medio de lo marchito... has de silenciar la cháchara personal que se justifica sin rubor... has de ser íntegro incluso rodeado de falacias y fingimientos... has de ser Ser y no apariencia.

Es inútil que el mar nos escuche
si no le sabemos hablar.
Es ocioso querer asir las nubes
si no las sabemos amar.


   Un juicio es una interposición; percibe separación y opina acerca de ella, se inter - pone. Es un pensamiento entrometido en la mente, aparenta ser útil en general y sólo busca su propia utilidad, interponiéndose entre tu ser y tu ser; te divide, te escinde de lo esencial -el presente-, proyectándote hacia una futura expectativa resultante de un supuesto pasado interpretado. Un juicio es, en definitiva, un delirio prometiendo bienestar que sólo trae malestar.

   No te aferres a lo que no tiene valor. No acumules lo transitorio buscando seguridad en ello... no te quedes con nada... no retengas nada. Jamás acopies o perderás. Nunca juzgues desde lo personal o te condenarás. Obtener lo fragmentado es mera apariencia de solidez; más las apariencias nunca son la realidad y su solidez es ciertamente endeble. Libera pues tu equipaje vital de todo lo superfluo y quédate con la sutil hondura de la Divina Unicidad. Aquello que no es eterno es un lastre.

KHAAM-EL




La música, sin palabras, todo sólo música, 
llenando el espacio con su vacuidad de conceptos,
facilita ese bendito encuentro interior con la infinitud del Ser.

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