jueves, 16 de febrero de 2017

COMPLETA RESPONSABILIDAD = FIN DEL MIEDO *


   A veces el mundo tira de ti para que pierdas los nervios y entres al trapo en la provocación de lo personal pero, si miras más allá de lo abruptamente sucedido, tendrás una inmejorable ocasión para contemplar que todo el poder de lo mundano es impotente ante la paz interior que marca la dirección de la acción correcta a realizar. No te quemes con tus supuestas propias defensas o únicamente te dañarás a ti mismo. Uno no necesita protegerse de nada si lo que busca es el verdadero bien de todos y no sólo el de unos pocos especiales. Se ha de procurar la luz para todos y no sólo para unos pocos. Recuerda: "En torno a Jesús estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: «Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan». Y él les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre»." Mateo 12 : 47-50. 

   Cuando uno asume el 100% de responsabilidad de lo que le ocurre en su vida, se sabe libre de elegir de nuevo qué pensamientos acoger en su mente para de inmediato extender, sin mirar especialmente a quien, los pensamientos de emancipación del apego a lo personal. Sí, cuando uno asume toda la responsabilidad, sólo da albergue a aquellos pensamientos que inviten a todos a soltar el temor y el odio, a abandonar sin paliativos los caprichos y sus mentiras, a realizar la voluntad de la Divina Unicidad y a ser felices conviviendo sin ser una lapa para los demás. Todos somos libres, si de veras dejamos atrás las excusas y justificaciones que buscan a alguien al que acusar de sus infortunios. ¡Despierta! No te escondas de la vida encerrándote en el cuchitril oscuro de los pensamientos inconsistentes y quebradizos. No erijas para el miedo -o para los vanos deseos de él provenientes- un altar, y retornarás a Dios.


   Comprende, en profundidad, que sin particular defensa no hay ataque posible, y, sin ataque, la culpa, consecuentemente, no puede existir, al no haber ya en el corazón cabida para los resentimientos. Aunar esfuerzos para la consecución de la acción desprovista del resentido uso y abuso que lo personal y egoico quiere establecer en el tiempo/espacio -como si los demás le pertenecieran para sí, en vez de asumir que las consecuencias de la infelicidad de uno provienen siempre de los propios pensamientos escogidos y no de la plenitud de Dios-, es el único empeño en este mundo que puede liberar del sufrimiento, la ira, la depresión y el rencor. Mantente firme en la dirección de la responsabilidad esencial, no sucumbiendo a la tentación de lo aparente y circunstancial. Experimenta como, al asumir la completa responsabilidad de tu vida, eres bendecido con el fin del miedo; tu sí es sí y tu no es no, sin necesidad de florituras... pasando, así, del exigir al compartir, de la acusación al perdón, del miedo al Amor, de la cólera a la paz, de un carácter pusilánime y endeble a uno vigoroso y firme, de las dudas de un siempre frágil y arrogante ego a la certeza de la Verdad que nos hace libres de la manipulación de un sistema de pensamiento ombliguista. No te demores ni te justifiques por más tiempo, y establécete de inmediato en el rumbo del encuentro interior con la infinitud del Ser... en lo profundo, íntimo y sagrado hallarás los manantiales inagotables del espíritu, que se vierten generosamente hacia el corazón de la humanidad... dando confianza, valor, entrega, honestidad, viviendo con júbilo y fe viva. Estando para nuestro prójimo presentes, abiertos, solícitos, reconociendo y alentando en cada ser humano la elección en favor de atravesar sus miedos, sin buscar culpable alguno, sin echar acusadores fardos sobre nada ni nadie, para encontrarse mediante el perdón con el eterno e incondicional Amor de Dios.

KHAAM-EL



Prosigue con firmeza la senda de tu vida, 
sin futurizaciones o lastres pasados,
día a día...
-a cada uno de ellos les basta con su propio afán-
Asume toda la responsabilidad y vive sin miedo...
Dios va contigo adonde quiera que vayas.
Namasté.

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