domingo, 22 de enero de 2017

RECORDANDO UN MENSAJE DE AMOR PARA TODOS +



   Nos dice el Amor de Dios a través de Su Santo Espíritu...
   ... Yo Soy la Verdad y la Vida.
   Todos sois uno en lo Uno.
   La Verdad se instaurará en el mundo entero y será devuelto al Cielo.
  El que permanece en el Amor vence al tiempo y sus míseras sonrisas que terminan en lastimeros llantos de postrera y fatal muerte.
   Resurrección consumada en el flujo ilimitado de la entrega desinteresada.
   Intenso es el desapego al apego y la desyoización de lo personal.
   Confianza.
   Felicidad. Bendición. Sosiego. Perdón... Todos son somos en Soy.
   La Verdad está escrita en el corazón del alma. Hay que mirar a la entraña de las entrañas, al núcleo de los núcleos, ahora, sin rubor ni titubeos. 
   Fe viva.
   Sois libres. Únicamente debéis abandonar todo temor y toda duda... y vivir, vivir plenamente. 
   Bienaventurados los que no se echan atrás en el anhelo del Cielo porque ellos, por la gracia, ya han llegado aunque, por un tiempo, estén en el tiempo atestiguando el Mensaje de Amor y Plenitud.  
   Palabra de Dios... Camino de Vida eterna.
   No creáis ni escuchéis los dictados de la carne.
   Vivid sin temor, porque vivir sin miedo es vivir sin muerte.
   Comprended y Vivid: La muerte muere en la Vida para no retornar nunca más; así lo dispuso la Misericordia de Dios... sueño de horror terminado desde su aparente origen; mirada impecable completamente despierta. ¡Aleluya!
   Amad. Amad. Amad... sois Amor... puro Amor. La Voluntad del Padre es Amor. Todo Amor.
   Abríos... abríos... el fin del tiempo y sus angustias está próximo.
   No te resistas. Permite con esperanzada gratitud que la semilla se rompa en mil pedazos para que la planta crezca lozana y dé abundante fruto. No temáis a la adversidad. Toda tribulación es para crecer... no rehuyáis la contrariedad... Amad. Bendecid. Perdonad.... perseverad... perseverad... no temáis... perseverad... confiad. Amad y, la Luz que Dios Mismo ha puesto en vosotros, se expandirá.
   Todos sois hermanos... todos sois Hijos de Dios en Indivisible comunión.
   Felicidad. Felicidad. Tened fe honesta y robusta. Todo está bien... todo está bien. Sí, todo va bien, aunque a veces no os lo parezca. Las lágrimas se convertirán en hermosas y fragantes flores de perdón; el ramillete de perdón, sinceramente ofrendado por Amor, se transformará en Luz del alma; y esta esplendente Luz del alma reinará por siempre en/con la santidad de Dios.. Por tanto, cuando derraméis lágrimas, sed perseverantes y constantes en la acción de perdón, pues sin duda germinarán y crecerán hasta fructificar bendiciones.
   Nada queda en el olvido. Todo asciende... todo asciende hasta el Cielo. Todo está bien... nada quedó excluido de la perfección. No temáis, sois vida... sois Luz eterna... sois en lo Uno, desde siempre y para siempre.
   Amor. Amor. Amor.
  Tiene que haber esperanza en el mundo; en este mundo efímero e ilusorio que en un instante se pensó y, en ese mismo instante, se perdonó,
  Vivid, pues, en paz... y extendedla desde vuestros corazones plenamente enamorados hasta lo infinito. Tiene que expresarse la acción perdonadora en el mundo... Luz... transformadora Luz.
   Las semillas del despertar se abren paso entre las tinieblas... sus bienaventurados tallos emergen vivaces hacia la Luz... ¡Sí! ¡Aleluya! Ya comienzan a despuntar.
  Creced... creced todos... todos habéis de crecer. Y creceréis. No temáis, porque vais a crecer. Confiad. Regocijaos. Confiad. La Felicidad está en todos. Caminad... caminad hasta el final.
   Lo transitorio es irreal. Lo eterno jamás ha estado en peligro.
   Los peligros ni existen ni existirán. Descansad pues en la certeza de vuestro espíritu inmortal.
  La Verdad prevalecerá sobre las ilusiones... su fragancia y sus dulces frutos de santidad se compartirán por todos los rincones de un mundo lastimero, sanando a todos de la fatiga y el sufrimiento de creerse hijos de la carne. Bendiciones, nadie fue nunca un cuerpo... la vida es del espíritu. Todo despierta de una pesadilla insubstancial. ¡Aleluya! Un sueño siempre tiene un final... y el final de los tiempos es como antes del principio: Plenitud.
   Todos... sí, todos; absolutamente todos, somos hijos de Dios... y todos Sus hijos, como Un único Hijo, volvieron a Casa.

KHAAM-EL


   

Permite que la alquimia del Amor arraigue en tu corazón 
para que por la gracia crezca y florezca hasta inundarte con su luz infinita... 
colmando de Plenitud tu ser indiviso de Dios.

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