martes, 29 de noviembre de 2016

RECONOCER EL ERROR FACILITA SU CORRECCIÓN *


   No seas fanático poniendo el poder afuera o engriéndote sobre el común. No pienses pensamientos ajenos ni te adhieras a creencias por el mero hecho de la cantidad de seguidores que tienen, ni tampoco quieras relucir a costa de los demás o, más pronto que tarde, te sentirás en tinieblas. Recapacita y endereza el rumbo de tu vida si ésta sigue la ruta de lo personal. No seas ciego a la verdad ni sordo a la voz íntima del alma. Reconocer el error facilita su corrección. Ser consciente de la inconsciencia que supone identificarse con el ego es fundamental para disiparlo por completo. Reconoce que cuando eres una marioneta de los deseos y temores estás ciego a lo esencial. Pide luz, a lo eterno y puro, a los sustancial e inclusivo, si te encuentras en semejante tesitura. Reconoce la ignorancia de la identificación con lo personal y pide, por encima de todo, la verdad. Búscala en lo interior, en tu propia mente, en lo más hondo de tu corazón. Reconoce que si te identificas con ese yo transitorio los placeres que obtienes siempre acaban en hastío y dolor; los conocimientos que adquieres siempre traen nuevas preguntas, nuevas duda, más incertidumbres; los éxitos que consigues siempre acaban en olvido y fracaso... Reconoce que contra más relaciones estableces más cuenta te das de la soledad de los cuerpos. Reconoce que cuanto mayores son tus defensas rodeándote de seguridades y confort más fallos ves en esas defensas que fabricas, viviendo obsesionado por el posible peligro que te arrebate lo protegido. Reconoce que escuchar al deseo y al miedo como consejeros es un error tremendo, porque esperar lealtad de lo desleal es suicida. Reconoce que querer ser feliz en lo que nace para morir es desdicha e incongruencia. Reconoce todo ésto y habrás dado un paso gigantesco para que desde el silencio de la mente, desde no darle significado a esa barahúnda de pensamientos personales obcecados con lo impermanente, desde lo confiado, humilde y sencillo pueda surgir lo obvio, lo claro, la evidencia inmediata de lo intemporal, la plenitud del espíritu, ese gran descanso en medio de tantas batallas.

   Ahora, en la abdicación a toda lucha y justificación, hallas perfecto remedio... esa paz infinita que mana desde lo más sagrado de ti, está a cargo de todo lo que haces. Ahora, ella, lleva esas aparentes batallas a su conclusión definitiva; ya no vas por el mundo queriendo obtener algo especial ni huyendo de tus temores proyectados allende tus límites perceptivos. No acumulas defensas, se acabó el ataque. Ahora vas dando testimonio, congruente, feliz, con generosa actitud, de que identificarse con lo impermanente es el error de pensamiento a subsanar y das tu vida transmitiendo este mensaje de salvación, entregando gustosa y continuamente tu vida impermanente con el corazón lleno de amor, sin esconderlo ni protegerlo, sin temor a que lo partan en mil pedazos. Ser esencial dando lo esencial termina con lo superficial e insignificante. Sabes que algún día lo caduco ha de desaparecer y estás atento a lo permanente, a lo santo y pleno. Sin prisa y sin pausa, extiendes este mensaje de eternidad, de espíritu que trasciende toda carne y todo tiempo, que ahora es uno en ti... sabiendo, como mensajero, que tú no eres el importante; lo importante es el mensaje que el mensajero trae. Y sabes que transmitirlo hasta el final es el principio a la vida eterna, la vuelta al Hogar celestial, el retorno al Amor y la Verdad, tras un encuentro interior con la infinitud del Ser... Dentro, muy adentro, lo ilimitado. ¡Bendiciones! Todos somos comunión en 'No dos'... en Dios Vivo, en lo Nirvánico... puro Tao, Sat-Chit-Ananda... Brahman, el Absoluto, la Divina Impersonalidad... Inconmensurable Completitud Bienaventurada.

KHAAM-EL




Medita y asciende por encima de los errores de pensamiento.
Ahonda con honestidad y constancia en los recovecos de la mente,
reconocer el error de lo personal es el remedio que nos devuelve a lo universal.
No hay egos en la realidad indivisa, la Verdad es una y para todos...
profundiza en lo esencial de este mensaje,
transmitirlo con sinceridad y desprendimiento lo convierte en viviencial.

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