lunes, 21 de noviembre de 2016

DESPIERTA AL ESPÍRITU *

   Despierta al espíritu de su sueño de las formas y tiempos separados. Sé por entero, en el presente, consciente, lúcido, libre y en paz. No sigas a la inconsciencia que se arroga, con pronto juicio comparativo, un vanidoso conocimiento particular con el que conquistar un exitoso porvenir para una forma transitoria a la que llama yo. Mantente alerta y no te vayas tras cantos de sirena. El ego es miseria y dolor disfrazado de planes para un futuro mejor; más, no es otra cosa que un angustioso sueño de sufrimiento deseando un confort que nunca es completo aunque a ratos parezca obtenerse, un delirio de grandeza surgido de una insidiosa sensación de pequeñez, un límite que quiere infructuosamente controlarlo todo, un imposible queriendo tener significado. Medita y desvela: Lo que no es real y pretende serlo es una alucinación y una mentira; luego el ego nunca puede ser auténticamente bondadoso porque todo gira entorno a su interés, y lo que no es el bien de todos acaba por ser un grave perjuicio que asola todo aquello con lo que se relaciona. ¡Despierta! Sal de la nefasta e implacable rueda de destinos que el fantasioso ego proyecta, no seas un títere de sus intereses, no te conviertas en una sombra de ti mismo, no te autoengañes con cuentos que, como tales, siempre se derrumban. Un subidón de ego sólo acarrea, más pronto o más tarde, un tremendo y sonoro batacazo. No sigas al cuentista que embelesa con promesas a la medida del oyente o te convertirás, por tu propia decisión, en un iluso que espera naranjas del olmo; soñando con exclusivos triunfos, según te diriges hacia el precipicio.

   Permanece en la bienaventuranza de lo incomparable. Nadie es superior ni inferior a nadie en esencia y en verdad. Libera al prójimo de todos los pensamientos y juicios personales que hayas podido tener y serás libre del sueño de ti; pues, al no valorar las diferencias pasajeras, dejarás de imaginar egos con los que calificar a los demás.

   Descansa en la Luz del presente, libre de cualquier temor, y tu acción será una hermosa bendición aunque el mundo, en su ignorante reverencia a lo especial, se revuelva contra la paz de espíritu que traes. Persevera en lo auténtico y sustancial, en lo verdadero y eterno, en la plenitud del espíritu. No te unas a lo que divide o te sentirás roto en tu interior. El ego, en su identificación con la carne como principal morada de la vida, es la negación del Amor, un ataque despiadado a la impecabilidad del ser, una absurda sinrazón pretendiendo ser razonable, un error queriendo ser solución, un desatinado destino inacabado que se replica sin cesar. ¡Despierta! Mira más allá de las apariencias, más allá de los límites espacio/temporales, más allá de los cuentos y las fábulas, más allá de lo personal, e incluirás a tu prójimo en lo más hondo de tu corazón, en lo más puro de tu entraña, en lo santo y salvífico... con Amor contemplarás la Luz de su alma dormida y, despertándolo de su sueño atroz, despertarás junto con él... ese, y no otro, es el Destino último de todos los destinos. No te demores en lo doloroso y despierta al espíritu... nunca hay soledad, sólo todo Amor, en la plenitud del Ser.

KHAAM-EL




Despierta el espíritu del sueño de la carne 
y retorna a la plena e intemporal Conciencia Una.
   

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