sábado, 15 de octubre de 2016

EL PERDÓN *

   Reconocer lo falso como falso es el primer y único paso que has de dar de forma personal en el camino del despertar a la Verdad. El resto viene a ti desde el Corazón Mismo de la Realidad (Nirvana, Dios, Absoluto, Tao...). El perdón es un acto de libertad y humildad al admitir la propia ignorancia respecto a lo percibido. Se constata que lo evaluado desde la idea de un yo frente al mundo siempre es, y será, insuficiente; pues, cualquier concepto que se sostenga frente a otro intenta aniquilar su contrario. Más, justamente, ese posicionamiento limitado y limitador contra lo opuesto es el sueño del ego, la decepcionante ilusión de lo diferente y separado, de lo exclusivo y fatuo... un delirio maligno disfrazado de posible bien personal. Y la única manera de despertar del mismo es la aplicación de las preclaras consignas de 'no os resistáis al mal' y 'perdonad hasta setenta veces siete' pronunciadas por el Cristo en Jesús. Hay que estar muy vigilantes y atentos para reconocer el mal en cualquiera de sus apariciones y poder así perdonarlo, sin someterse a sus designios ni tampoco atacarlo, mediante la natural expresión y manifestación de la Verdad consustancial al ser, indistinta e inseparable, inclusiva y esencial. Si confías y estás atento a lo santo, nada puede entorpecer tu regreso a la inocencia y la plenitud... la luz clara y bondadosa del perdón, que surge del corazón mismo del presente, diluyendo la volátil y egoica historia proyectada en el tiempo, te alumbrará y guiará siempre certera.

   Lo que de cierto eres nada tiene que ver con los pensamientos. Éstos suceden en la mente y no a la inversa. Eres libre de ellos y de su magnético hechizo... sí, eres dueño de ti mismo cuando no eres una marioneta del sueño de un yo imaginario que se circunscribe dentro de unos parámetros particulares. Corta primero los hilos de la relación especial que mantienes respecto a la idea de ti y la relación santa te devolverá al Cielo gracias al perdón de las ilusiones... vivirás en íntimo regocijo que se expande irrefrenable, amando incluso tras recibir el más despreciativo de los desamores, siendo justo y leal ante las injusticias y deslealtades, olvidando todo aquello que no sirva para hermanar y dar felicidad... recobrando lo significativo y abandonando lo insignificante y fútil. El Amor es y el ego no es... la carne es un sueño de muerte mientras que el espíritu es perenne vida. Extiende el perdón a todo, empezando contigo mismo. No temas, si no te distraes con ilusiones sólo hay eternas bendiciones... no las retengas, son para compartirlas hasta que todo sea plenitud y bienaventuranza infinita. Namasté.

KHAAM-EL




Ama y todo irá bien finalmente.
El perdón de lo ilusorio y separativo es el camino que conduce a la realidad indivisa.

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