viernes, 23 de septiembre de 2016

NO ES LA CANTIDAD SINO LA UNICIDAD LO QUE SALVA *

   Estar absorto por las cantidades, las diferencias y las expectativas de un mundo veleidoso, variopinto y efímero, es un calamitoso despropósito que conturba al alma haciéndola perder su íntima paz, al dirigirle la atención hacia una nada que aparenta ser algo. ¿Ves la locura? Mira tu mano y simplemente dite: -¿Cuántos dedos tengo? Y la respuesta obvia, cinco (salvo excepciones, por accidente o alteraciones genéticas), asoma rápida; más, entonces, de inmediato, lo complicado emerge solapadamente a la superficie... pues -pondera con presteza-, cada uno de esos cinco dedos está subdivido en uñas, huesos, piel, poros, articulaciones, capilares... y dentro de esos poros, epidermis, huesos, articulaciones, uñas y capilares, hay células... y dentro de las células, átomos... y dentro de los átomos, partículas subátomicas... y dentro de las partículas subátomicas, espacio... es decir, dentro de dentro de dentro de dentro, finalmente. no hay nada observable, cuantificable o calificable. Más, ahora, amigo/a, mira más allá de tu mano y ¿qué ves? Otra mano, con sus propios dedos, uñas, falanges, piel... unida a un brazo como la primera mano, que a su vez está unido a un cuerpo que llamas tuyo, y que se relaciona con otros cuerpos u objetos circundantes, dentro de una habitación con cosas, que está, a su vez, dentro de un edificio que forma parte de un conglomerado de edificios que constituyen una población, dentro de un país que está en un continente que forma parte, junto con otros continentes, del planeta Tierra, que, sumado a otros planetas, orbita alrededor de un estrella llamada Sol; con los que conforma el llamado sistema solar, que, también a su vez, forma parte de una galaxia con millones de estrellas, incluso más grandes que el sol, y que, esas galaxias, se agrupan en cúmulos de galaxias; y que, además, hay millones de cúmulos de galaxias y, que para más inri, más allá de lo observable, todo está envuelto en un espacio que las contiene, que lo contiene todo... ¡madre mía! dentro y fuera de todo está lo mismo, espacio. Es decir, más allá de más allá de más allá, al igual que dentro de dentro de dentro de dentro, finalmente, no hay nada observable, cuantificable o calificable. 

   Insisto, ¿ves la locura? Estar obsesionado con las cantidades, las diferencias y las expectativas de una percepción frágil e inestable, pasajera y engañosa, es un error de nefastas consecuencias para la paz de espíritu; pues, ir en pos de dentro de dentro de dentro de dentro, y de más allá de más allá de más allá, sólo acarrea la angustiosa sensación de no tener nunca bastante con lo percibido, y caer en la feroz ansia de buscar y rebuscar, para volver a buscar, y no hallar nada consistente jamás. Paúsate. Deja de perderte en las cantidades y sus computaciones... eso es locura, despropósito, confusión... crees que nombrando y calificándolo todo puede llegarse a un saber total que te salvará de tu ignorancia y desasosiego, pero, lo único que sucede es que nombrándolo y mensurándolo todo te estás perdiendo en una ilusión perceptiva de dimensiones colosales, en la que sólo ves repetidos, una y otra vez, tus juicios del pasado impregnando y mancillándolo todo. Por ésto, si con honestidad quieres ver lo real y no lo ilusorio, has de estar dispuesto a reconocer que no entiendes nada de lo percibido. que los pensamientos personales acerca de todo no tienen verdaderamente sentido y que el único responsable de tu malestar es ese querer tener la razón en que esos pensamientos sin sentido, lo tienen.

   Reitero nuevamente, ¿ves la locura? No temas; es para perdonarla, para sanarla, para desvanecerla. No tiene otro propósito que facilitarte recobrar la cordura que te colma con una paz mental y una dicha plena más allá de todo humano conocimiento, que has de compartir por un tiempo en el tiempo con tu prójimo, y mediante las que retornas al Amor y la Vida eterna del espíritu junto con él, de igual a igual, de ser a ser. Lo esencial nos hace uno, sin posibilidad de opuesto, más allá de las apariencias. La locura es ilusión; por tanto, creer en ilusiones sólo refuerza la locura. Sepárate de lo separador. Únete a lo inseparable y no puedes fracasar. Sé un devoto practicante de la unicidad, un honesto yogui (yoga significa unión). Sé paciente, disciplinado y constante. Persevera. No tengas miedo que el mundo, en su locura, te parta el corazón de pura ignorancia, no sabe lo que se hace... tú, sigue practicando, aplicando, perseverando, y, de súbito, el Amor, Infinito Amor, en esencia y en verdad colmándote de salvífica unicidad.

   Si ya conoces 'Un Curso de Milagros' recuerda; sí, recuerda y aplica las lecciones 51, 52, 53 y 54 del libro de ejercicios, en las que se repasan las 20 primeras lecciones del 'Curso', a saber: 1. Nada de lo que veo significa nada.  2. Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí.  3. No entiendo nada de lo que veo.  4. Estos pensamientos no significan nada.  5. Nunca estoy disgustado por la razón que creo.  6. Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.  7. Sólo veo el pasado.  8. Mi mente está absorbida por pensamientos del pasado.  9. No veo nada tal como es ahora.  10. Mis pensamientos no significan nada.  11. Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.  12. Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.  13. Un mundo sin significado engendra temor.  14. Dios no creo un mundo sin significado.  15. Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabricado.  16. No tengo pensamientos neutros.  17. No veo cosas neutras.  18. No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver.  19. No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos.  20. Estoy decidido a ver. Pues, facilitarán una auténtica revolución en la consciencia que te conducirá del miedo y el odio, al Amor y la libertad de ser en completitud. Y, si no conoces 'Un Curso de Milagros', medita y ahonda en consciencia en lo planteado aquí. Lo esencial no es el enseñante (medio), ya sea libro, audio, vídeo, o en directo, sino la enseñanza (fin). Krishna, Jesús, Sidharta, Nisargadatta, Mary Baker Eddy, Ramana Maharsi, Lao-Tse, y tantas y tantas mentes despiertas, enseñaban con los medios a su alcance en sus épocas y situaciones respectivas, una misma Verdad Indivisa. Que tu propósito, tu intención última, sea esa misma Verdad Indivisa, y, sin duda, te traerá los medios para que la manifiestes y extiendas hasta que seas una unidad inseparable en Ella (salvación, despertar, iluminación). Reflexiona con consciencia. No busco que me creas, sino que compruebes por ti mismo, en lo interno, en lo profundo de tu mente, en lo sustancial e incomparable... cuestiona tus cuestiones, tus razones y tus creencias... cuestiónate todo... atraviesa la intensidad de aceptar que el error que supones fuera se encuentra en tu mente, y habrás encontrado la llave de la felicidad junto a la luz que iluminará tú/nuestro despertar de las ilusiones personales. ¡Sí! Nunca ha sido, ni será, una cuestión de cantidad, sino de comunión, de perfecta unicidad... la mente, la consciencia, el ser, la vida, el espíritu, es eterno, bienaventurado e indiviso... y lo eterno, bienaventurado e indiviso es Dios, y todo, en Él, extiende Su indivisibilidad... Plenitud... Sat chit ananda... Nirvana... Cielo... Tao.

   Namasté. Bendiciones. Hermano/a en Dios, un abrazo de todo corazón para ti, seas quien seas y estés donde estés, porque en verdad somos 'no dos'... espacio infinito... consciencia ilimitada.

KHAAM-EL




La vida es indivisa y divina en esencia.
Vívela sin miedo, déjate llevar por su música, por su sutileza, y serás en plenitud.

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