miércoles, 10 de agosto de 2016

NO MÁS QUEJAS +


"Está aquí 
más dentro de mí que yo mismo; 
está aquí, sí: 
en el divino abismo 
en que huidiza eternidad se espeja 
y en su inmortal sosiego 
se sosiega mi queja."
                    
                      Miguel de Unamuno

                                * * * * *

Contempla tu mente como si de un espejo se tratase.
Contempla tu fiebre, y cálmala con suavidad y coraje.

Ciertamente, no hay mejor reto que dejar de retarse
no retando a los demás a competir jamás por nada,
ni reprocharles las limitadas condiciones propias.
Vuelve la mirada adentro.
No culpar libera de la externalización justiciera
que nubla el entendimiento con recurrentes angustias
de incierto desenlace formal.

Es interno, nunca externo el vital flujo del destino...
Todo se halla escondido en lo más profundo de tu abismo...
contempla su retenida luz oscura...
contémplalo en, esa, su negrura
de delirante ansia proyectada en un ámbito efímero,
intimando con la sutil transparencia que lo trasciende.

Élevate descendiendo... y harás, sin hacer, lo que place
a la comunión inseparable de la vida toda.
Todo cambia cuando no quieres cambiar nada a tu manera.

Nada hay afuera de ti mismo que pueda jamás afectarte.
Huyes de la realidad cuando buscas con ahínco la clave
en lugares remotos, o en grandilocuentes principios.

Actuar sin consciencia siempre precipita al precipicio,
sí o sí.
Niega la inercia ahondando firmemente en lo nucleico,
no es no.

Contempla tus dudas... y sosiégalas.
Disuelve tus brumas... y sosiégate.

Cuando se comprende que la apariencia esquiva de lo eterno
es fiel reflejo del miedo e incertidumbre de la queja,
el plácido fulgor de lo inmortal a tu consciencia llega.

La presencia de tu esencialidad más íntima y sagrada
desvanece, sí, cualquier amargo reproche...
¡libre al fin!
Resurrecto y en paz, por siempre.

Liviandad de intemporal llenura palpitando irrefrenable...

... Y, con gozo, dirás, como dijo el poeta,
desde lo más hondo de tu entraña,
desde las profundidades abisales de tu reencontrada Luz infinita,
desde el centro ilimitado del venturoso sí mismo:

     Está aquí, sí;
     en el divino abismo.

KHAAM-EL




En lo más hondo de lo hondo, 
en lo más profundo de lo abisal,
la voz interior desvanece toda queja 
con la Pura Luz del Ser. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario