La música, en su rítmico y bello fluir, expresa lo inexpresable, tornando cercano lo aparentemente inalcanzable, abriendo corazones cerrados y sanando las tristes heridas que se pensaban incurables. Deja atrás el pasado y vive la libertad del presente.
No te encierres en la pequeña habitación de tu mente para hallar seguridad y acoge, con confianza y valor, abrirte a lo nuevo e inesperado. Es hora de decirle adiós a la ilusión... Despídete de todo lo superfluo y elige lo esencial, escoge únicamente a Dios y Su Amor, para partir con Él -allende este mundo de viajes y países que sabes no existen en realidad- de vuelta a la plenitud del Cielo...
...Quédate sólo con la música y suelta las palabras. Quédate sólo con Dios y suelta el mundo... Navega hacia el horizonte con la Guía de Su Santo Espíritu y, tú mismo, serás uno con Él en ese horizonte infinito... paz... paz... infinita paz... dicha... bienaventuranza... comunión... eternidad... completud.. con Él... sólo con Él.
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